1.- Tipo de mapa: Se trata de un mapa de coropletas, en el
que las distintas tramas nos aportan proporcionalmente los datos de las tasas
de natalidad de las Comunidades Autónomas españolas en el año 2014. Emplea
cuatro tramas, 2 de las CCAA que se encuentran por debajo de la media (9,1%) y
dos de las situadas por encima, con colores fucsia de diferente graduación, en
función de mayor o menor. A cada Comunidad se le asigna su tanto por mil, por
lo que a través de ellos podemos comparar los distintos datos concretos de
todas ellas.
La tasa de
natalidad pone en relación el número de nacidos vivos en
un año y el total de la población en ese mismo año, expresada en tantos por
mil.
2.- Comentario de la natalidad
por C.A.
En el mapa se pueden apreciar
comunidades con una tasa de natalidad por debajo de la media (Galicia,
Asturias, Cantabria, Castilla y León, País Vasco, La Rioja, Aragón, Comunidad
Valenciana, Castilla La Mancha, Extremadura y Canarias) y aquellas con un mayor
dinamismo demográfico, que se sitúan por encima (Navarra, Cataluña, Madrid,
Murcia, Andalucía, Baleares, Ceuta y Melilla).
De lo anterior podemos hacer una
división entre unas CCAA que tienen un menor dinamismo demográfico, las del
noroeste y el interior peninsular (exceptuando Madrid). CCAA que suelen
coincidir con aquellas que presentan altas tasas de mortalidad y bajas tasas de
crecimiento vegetativo. Y otras que presentan mayor dinamismo y tasas más altas
de natalidad, que serían las zonas del sur y el este, a las que se añadiría
Madrid, con características inversas a las antedichas.
3.- Interpretación.
Las áreas descritas, se insertan
en la realidad de una estructura demográfica envejecida, como es la de España
en 2014. Sin embargo, podemos distinguir entre un área que catalogaremos como
relativamente menos envejecida y otra muy envejecida.
Desde 1975 España presenta
las características de un Régimen Demográfico Moderno, que se caracteriza
por un bajo crecimiento natural y bajas tasas de natalidad y mortalidad. A
nivel general, los factores que explican la caída de la natalidad son
la crisis de 1975 (por el paro y el retrasó la edad de matrimonio) y
la precariedad y alto precio de la vivienda desde 1980; el cambio de mentalidad
en la democracia (incorporación de la mujer al mercado laboral); la
difusión de los anticonceptivos, la disminución de la religiosidad, el aumento
del nivel de vida, que llevó consigo un aumento de las necesidades y el
consumo, y los cambios culturales donde se valora más la importancia de la
formación y cuidados de la infancia. La natalidad se recuperó ligeramente entre
1998 y 2008, aunque volvió a descender hasta la actualidad, alcanzando mínimos
históricos en 2016.
Si entramos a comentar las dos
realidades que nos presenta el mapa, a nivel general podemos afirmar que
existen ciertos contrastes debidos a la diferente estructura por edades
(porcentajes de jóvenes y ancianos), resultante de causas heredadas y actuales,
relacionadas con factores socioeconómicos y de mentalidad, tales como la
tradición natalista y migratoria, el dinamismo económico o la inmigración
extranjera.
Comenzando por las CCAA con una
estructura demográfica más dinámica, la mayor tasa de natalidad, la podemos
atribuir a diferentes factores. Por un lado, aquellas zonas con un mayor
dinamismo económico (Madrid, Navarra, Cataluña o Baleares) atraen emigrantes
jóvenes del resto del país e inmigración extranjera. Por otro lado, están
aquellas con un mayor peso del sector agrario, como Murcia o Andalucía, con dos
implicaciones, una mayor tradición natalista (factor que también se da en
Navarra, Ceuta y Melilla) y una fuerte presencia de trabajadores inmigrantes.
En ambos grupos la recepción de
inmigrantes jóvenes colabora a aumentar la natalidad, al contar con una edad al
matrimonio menor, mayor número de hijos por mujer y una tradición natalista más
arraigada.
En el ámbito opuesto se situarían
aquellas CCAA con menor dinamismo demográfico y tasas de natalidad más bajas,
muchas de las cuales tienen un crecimiento natural inferior a la media española
o negativo. Motivo por el cual presentan una estructura demográfica
muy envejecida. Entre las causas podemos destacar la larga tradición
emigratoria (destacando Galicia y las del interior peninsular, con fuerte
incidencia de la despoblación del medio rural), lo que las dejó desnatalizadas
y envejecidas. El estancamiento económico y la prolongada incidencia de la
crisis industrial de 1975 (en las provincias atlánticas de Galicia, Asturias,
Cantabria y zonas con industrias maduras en reconversión). Motivos que a su
vez, inciden en una menor recepción de inmigración extranjera, incluso durante
el periodo de expansión económica previo a la crisis de 2008 (agravado por el
descenso de las entradas de inmigrantes desde entonces).
4.- Consecuencias.
Las consecuencias de estas bajas
tasas de natalidad se manifestarán en diversos campos. Si atendemos a las
demográficas, asistiremos a un descenso general de la natalidad al contar con
generaciones más pequeñas. Se profundizará un crecimiento vegetativo negativo y
se agravarán los desequilibrios regionales.
La composición por edad de la
población tenderá a envejecer, lo que a su vez redundará en problemas como
mayores tasas de población anciana dependiente (con demandas de pensiones,
sanidad, etc.). Como efecto colateral de lo anterior podremos ver una reducción
del paro, aunque también menores cotizantes para sostener las
pensiones de una población envejecida. Además se reduce la capacidad de innovación
de la sociedad.
Por tanto, España, y
especialmente las CCAA con unas tasas más bajas de natalidad, deberán tomar
medidas en todos los ámbitos para revertir esta situación.
Mapa de
Tasa de paro (España 2017 ) en Conectandoeduca