martes, 10 de abril de 2018

Salida Arlanza-Silos


EXCURSIÓN 2º Bachillerato
QUINTANILLA DE LAS VIÑAS,  SAN PEDRO DE ARLANZA, COVARRUBIAS Y SANTO DOMINGO DE SILOS

2º DE BACHILLERATO

12 de abril 2018

IGLESIA VISIGODA DE SANTA MARÍA DE QUINTANILLA DE LAS VIÑAS
La ermita es una de las grandes joyas de la arquitectura prerrománica española (declarada Monumento Nacional en 1929) y un edificio misterioso que ha dado pie a todo tipo de teorías sobre su autoría y datación. Lo que hoy vemos en una pequeña parte del templo original. El interior del templo, debió estar muy compartimentado lo que guarda relación con el complejo rito hispánico de celebración de la misa.
Exterior: La cabecera de sillería tiene tres frisos corridos esculpidos de parecida anchura. El del medio presenta medallones con aves variadas además de grandes flores de seis pétalos y tres misteriosos monogramas con las siguientes letras:
Interior: El arco triunfal es el más perfecto de la arquitectura prerrománica española con un perfil de herradura al modo visigodo. Las dovelas están decoradas con un friso de gran similitud a los vistos en el exterior del ábside: a base de palmetas, racimos y aves. Encima de la clave hay un bloque de piedra tallado: se trata de Jesús (lleva nimbo crucífero) en actitud de bendecir. El arco apoya primeramente sobre sendos bloques de sillares y éstos sobre unas estructuras prismáticas cuyos frentes muestran dos excepcionales relieves (luna y Sol). Existen otros dos bloques tallados descontextualizados  con imágenes de Cristo y la Virgen.  


LAS RUINAS DE SAN PEDRO DE ARLANZA.
En un bello paraje junto al río Arlanza se encuentran las ruinas de este monasterio benedictino. Según la leyenda el Conde Fernán González fundó este monasterio en agradecimiento por la victoria frente a los musulmanes. Sin embargo fue su padre Gonzalo Fernández  quién lo hizo para que sirviera como lugar de enterramiento. Y aquí estuvieron enterrados el conde Fernán González y su esposa doña Sancha hasta su traslado a la Colegiata de Covarrubias en 1841. 
La primitiva construcción románica comenzó en el 1080 (de la que quedan los restos de la iglesia y la torre del siglo XII) pero no se terminó hasta casi cinco siglos después de la mano de Simón de Colonia.
Tras la desamortización del siglo XIX quedó abandonado y actualmente está en ruinas.
UN PASEO POR COVARRUBIAS… UN PASEO POR LA HISTORIA
La población de Covarrubias conserva su núcleo medieval. Todavía se aprecia el lugar ocupado por la muralla sustituida por la una ronda que circunda el poblamiento organizado en manzanas de casas rectangulares y calles estrechas en paralelo que conducen a las plazas donde nos encontramos con los edificios más significativos: la Colegiata, la iglesia de Santo Tomé, el Torreón de Fernán González o el Archivo del Adelantamiento de Castilla, hoy puerta de entrada a la localidad. Muchas de las casas mantienen el entramado medieval castellano en sus fachadas tradicionales.
En el siglo X el conde de Castilla Fernán González convirtió  Covarrubias en la capital del Infantado de Castilla y cabeza de uno de los más importantes señoríos monásticos. Por este motivo esta población es conocida como "La cuna de Castilla". La colegiata es de gótico tardío, siglo XV, con un claustro posterior. En el recinto hay una treintena de sepulcros, entre ellos los de Fernán González y de doña Sancha, su esposa. En el claustro está el de la princesa Cristina de Noruega, esposa del infante don Felipe, hermano de Alfonso X, del siglo XIII. La historia de esta triste princesa que murió de melancolía en Sevilla, en 1262, es una auténtica novela. El museo parroquial tiene valiosas piezas de orfebrería, una tabla del círculo de Van Eyck y otra de Pedro Berruguete. Pero la mayor joya es el tríptico de los Reyes Magos, que se ha vinculado a Gil de Siloé.
SANTO DOMINGO DE SILOS 
En el siglo X a medida que los condes castellanos lograban repoblar  estos territorios el monasterio, resurgió hasta convertirse en uno de los más importantes de Castilla. El conde Fernán González le otorgó numerosos privilegios tanto territoriales como jurídicos. Pero, a finales del siglo X, el monasterio debido a las razzias de Almanzor queda sumido en un estado de ruina. Gracias a la intervención del abad Santo Domingo se restauró y pasó a denominarse Monasterio de Santo Domingo de Silos.
En los siglos XI y XII surge el extraordinario claustro románico que sigue el modelo francés de Moissac, y brilla el scriptorium silense con obras como el Beato de Silos, hoy en el Museo Británico. 

Por lo que se refiere a su aspecto exterior, en sus edificios monasteriales, Silos se compone de dos monasterios yuxtapuestos, en torno a dos claustros: a) el medieval; y b) el moderno o clásico-barroco; con la iglesia al Norte, y la gran ala Sur, o zona habitacional, con las celdas de los monjes. Esta parte sufrió un pavoroso incendio en 1970, y se redujo a cenizas. Pero bajo la dirección de Bellas Artes, se restauró en 1971-72.  
EL CLAUSTRO DE SILOS: El claustro de Silos es de doble planta, siendo la inferior la más antigua y la de mayor mérito. Forma un cuadrilátero de lados ligeramente desiguales, los lados norte y sur constan de 16 arcos, mientras que los lados este y oeste de sólo 14. Los arcos son de medio punto y descansan sobre capiteles que, a su vez, lo hacen sobre columnas de doble fuste monolítico; sólo los soportes centrales de cada galería están formados por fustes quíntuples, salvo uno de ellos, el del lado norte, que es cuádruple y torsado. El claustro inferior debió levantarse en la segunda mitad del siglo XI y primera del XII, mientras que el claustro superior se construyó en los últimos años de ese mismo siglo.
En el plano artístico lo más destacable es la colección de los 64 capiteles de que consta el claustro bajo y los relieves que ornamentan las caras interiores de las cuatro pilastras que forman los ángulos
        Ángulo sudeste: La ascensión y Pentecostés.
        Ángulo noreste: El sepulcro y El descendimiento.
        Ángulo noroeste: Los discípulos de Emaús y La duda de Santo Tomás.
        Ángulo sudoeste: La anunciación a María y El árbol de Jessé.

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