Mujer
artista
Francesca Woodman
Francesca Woodman fue una fotógrafa
estadounidense nacida en 1958, que desde temprana edad comenzó a mostrar
interés por la fotografía. A pesar de haber tenido un corto periodo de
producción artística (seis años) a causa de su suicidio en 1981 a los 22 años,
ha sido una importante influencia en las generaciones posteriores de fotógrafas
y fotógrafos que la siguieron, a pesar de no ver su obra bien reconocida en
vida. Influida principalmente por el surrealismo y el renacimiento gótico, y el
feminismo de los 70 (la segunda ola feminista, de la que fue parte). Para sus
obras, usó principalmente el cuerpo de mujeres, el suyo propio incluido con sus
autorretratos. Su obra es de carácter intimista, enmarcada en espacios
arquitectónicos cerrados, explorando
imágenes del yo y la forma femenina con fotografías fuertes e impactantes
en blanco y negro.
Esta obra que he
elegido no tiene título (como muchas de sus fotografías), y fue realizada entre
1975 y 1976. Es un autorretrato en blanco y negro donde aparece Francesca
desnuda, únicamente con una pared blanca de fondo, siendo ella eje central de
la obra. Es un desnudo, pero alejado de la perspectiva sexual, es más,
Francesca en muchas de sus fotografías usa desnudos femeninos contra la
objetualización sexual del cuerpo de la mujer representándolo al natural, tal y
como es un cuerpo femenino, alejándose de la "imagen prototipo" del
mismo. La propia Francesca describió
esta fotografía como "Relativa al
retrato de una reputación", esto nos da muchas pistas sobre las machas
de pintura que simulan manos tacándola, las cuales tienen varias
interpretaciones. La reputación de una mujer artista, que muestra sin tapujos
su cuerpo, en los años 70 (ni en la actualidad) no era bastante buena, la
sociedad rechaza esta forma de expresión censurándola, además de que la artista
sufrió por esto mismo muchas ofensas, relacionadas sobre todo con su vida
sexual, y lo muestra en esta foto por medio de esas manchas de manos que
podemos pensar que, intentan esconder su cuerpo (las partes que más polémica
generan). Por otra parte podemos interpretar un simbolismo con la fragilidad de
la figura de la mujer en la sociedad, con una postura acongojada que nos hace
pensar que esa manos son ajenas, y que ella, indefensa, no puede alejar (porque
en la foto la pintura está pegada a su piel, y metafóricamente la mujer no
puede escapar del patriarcado en el que vive). Por último está la idea de que
la obra representa a la mujer que se descubre a sí misma, tanto su cuerpo como
más allá de ello.
En cualquier caso, la fotografía
tiene un intenso mensaje sobre la imagen de la mujer que transmitir como es
habitual en la joven artista, que llegó a
componer imágenes llenas de belleza que reflejaban la soledad y el desconcierto
propio de una mujer que se explora a sí misma en medio del silencio, logró recorrer la yuxtaposición entre cuerpo
y alma a través de fotografías que mostraban la necesidad por descubrir que
había más allá de lo tangible. Esta imagen es un autorretrato en el que, como es
habitual en su obra, Francesca reivindica el papel de la mujer capaz de crear
arte, y poniéndose a ella misma como obra de arte, también se declara como musa
y artista, creadora y creación, emancipada e independiente con el poder de
producir artísticamente una obra con fuerza que no deje indiferente a nadie. Se
muestra al desnudo sin tapujos ante la cámara, sin esconderse, y así se nos
presenta tal y como es una mujer normal, y además artista, apta para realizar
obras de arte excepcionales. Por último, me gustaría acabar con una frase de la
propia Francesca que nos puede hacer entender mejor su arte, y su forma de
verlo.
La fotografía es también una
manera de conectar con la vida.
Hago fotos de la realidad filtradas
a través de mi mente.
– Francesca Woodman.
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