domingo, 26 de marzo de 2017

LA PUBERTAD DE E. MUNCH

BRENDA YAGÜE comenta




Representaciones artísticas de la mujer: LA NIÑA

Título de la obra: La Pubertad

Autor/a: Edvard Munch
Fecha: 1894-95
Estilo artístico: Expresionismo

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Descripción del tema representado: En la obra se observa una adolescente desnuda sentada en el borde de una cama. Tiene las piernas juntas, mientras su mano derecha se apoya en la pierna izquierda a la altura de la rodilla, y la mano izquierda se apoya sobre el muslo derecho. Este cruce de brazos permite que la joven oculte sus partes íntimas, pero deja ver su busto adolescente y su ombligo. El rostro de la joven está de frente, enmarcado por su cabello negro y liso, mirando seriamente al espectador. La luz que penetra por el lado izquierdo hace que el cuerpo de la adolescente proyecte una gran sombra oscura que introduce miedo. Se trata de un ejercicio bien ejecutado, donde el pintor examinaría una postura que le permitiera eludir las connotaciones sexuales, en las que se mezclan equilibradamente dosis de serenidad y de temor. En el uso del color se refleja en principio, la composición usada por Munch, en cruz, bastante clásica para conservar el equilibrio.

Imagen de la mujer que se refleja: La imagen femenina fue sin duda un motivo más que relevante en la obra de Munch, como lo fue para el Simbolismo o el Modernismo, y es que en el tiempo de Munch se planteaban constantes problemas de género, en la que se denominaba "La cuestión de la mujer" y esa cuestión no era ni más ni menos que los logros que el género femenino había ido conquistando, como el acceso a la educación superior, modificación de leyes de herencia, participación más activa en el mundo laboral, digamos que todas las esferas de actividad se vieron afectadas por la incorporación de la mujer. Todo esto se cristalizó en una nueva mujer, una mujer "masculinizada", que en algunos sectores era cargada de connotaciones negativas en la cual se empezaba a contemplar como una amenaza y esto le restaba feminidad. En la obra de Munch, estos aspectos se traducen en una visión peculiar de la mujer, nos plantea dos imágenes de la mujer completamente antagónicas; por un lado, encontramos en sus cuadros la femme fragile, mujer ideal, casta y delicada; y por otro lado la femme fatale, amenazadora y seductora. 

La niña de La pubertad de Munch es el enlace entre la femme fragile y la femme fatale, es el tránsito entre ambas representaciones. La sombra que vemos al fondo, esa amenaza que proyecta la misma niña, es un símbolo de lo que le depara, la niña púber de Munch simboliza el sentido del concepto de la mujer de su tiempo, es un ser puro abocado a convertirse en una amenaza, en un ser depredador, que corrompe y destruye. La inestabilidad de la postura de la joven, así como la estrechez del espacio, en el que sólo vemos una parte de la cama, generan esa sensación de angustia y agobio que sirven como metáfora de los sentimientos de la propia niña. Una cama, que por otra parte genera el contraste horizontal, frente a la verticalidad de la protagonista. La Pubertad resume a la perfección, al igual que lo hace El Grito sus inquietudes y reflexiones. Así pues, es en realidad otro grito, es otro momento de inquietud y tristeza. El grito la expresión se exterioriza, en La Pubertad, esa expresión es interior, es un grito ahogado, la niña no deja que sus miedos salgan al exterior, el gesto de los brazos y su propio rostro expresan esa represión. Por ultimo, es una antítesis, el interior es una metáfora del propio mundo interior de la joven, agobiante, opresivo y amenazante.

Conclusión: Este cuadro es una alegoría de la pubertad, el difícil período de transición entre la niñez y la adultez.

Observaciones: Munch en este lienzo se aleja del naturalismo en la pintura y planea un espacio casi incierto para recrear una circunstancia en la que quita todos los detalles decorativos superfluos, centralizándose en el cuerpo y la expresión de una joven fija en la mitad de una cama. La estructura de la escena es bastante sencilla: una cama y una habitación, donde el pintor delinea suavemente un trazo horizontal que fluye de derecha a izquierda, la cual se ve interrumpida por el margen del cuadro.
Contemplando La Pubertad, vemos a Edvard Munch, más allá de la imagen de pintor polémico y atormentado, capaz de analizar y plasmar su tiempo, la sociedad a la que perteneció, pero también, y en este caso, simultáneamente, capaz de analizar y plasmar los más variados sentimientos y complejos estados de ánimo del ser humano, incluso los de una niña a punto de dejar atrás la etapa más inocente de su existencia.


Frase: "En toda su diversidad, la mujer es un misterio para el hombre".

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